Parece increible lo ridículo del ejército que se dice profesional que a estas alturas someta a la Cámara de Senadores una propuesta de reforma que le otorga la facultad de dar seguimiento a las actividades que realicen sus elementos cuando hayan abandonado sus filas por el motivo que sea. Esto debe ser objeto de Ripley. El senador Fernando Castro Trenti dijo que se presentó la iniciativa “ante la presunción de que el recrudecimiento de la violencia en el país está directamente relacionada con la deserción de soldados”. Qué fácil es librarse de la mediocridad del pambolero ejército mexicano. El presidente de la Comisión de Estudios Legislativos del Senado de la República sostuvo que en 2008 desertaron 18 mil soldados, cifra que se suma a los 150 mil miembros que abandonaron filas castrenses en los últimos ocho años.
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